Nos han vendido el autocuidado como una tarde con velas, un baño de burbujas y una taza de té. Y aunque todo eso se siente bien... no es lo esencial.
El verdadero autocuidado es mucho más incómodo. Pero también, mucho más transformador.
Aquí te cuento qué es realmente el autocuidado… y por qué te lo habían ocultado (porque no es tan “instagrammeable”)
1. Autocuidado es tener conversaciones incómodas
Decirte la verdad. Admitir que algo no funciona. Enfrentar lo que duele. Salir del autoengaño.
🪞 Cuidarte es dejar de mentirte, aunque te duela.
2. Autocuidado es poner límites aunque te llamen egoísta
Es aprender a decir NO, aunque incomode. Porque tu paz vale más que tu popularidad.
🧱 No eres egoísta por proteger tu energía. Eres sabia.
3. Autocuidado es no romantizar lo que te hace daño
Ni relaciones, ni hábitos, ni discursos internos. Dejar de justificar lo que te resta.
🔥 Amarte es dejar de aferrarte a lo que te apaga.
4. Autocuidado es organizar tu vida para tener claridad mental
No se trata solo de spa. Se trata de estructura, hábitos conscientes, entornos que nutren. No puedes florecer en el caos.
📒 Tu rutina es tu templo.
5. Autocuidado es tomar decisiones difíciles por tu bienestar
Salir de relaciones, renunciar a trabajos, mudarte de ciudad… si es lo que necesitas para sanar, es autocuidado.
✈️ A veces cuidarte es irte. A veces es quedarte. Pero siempre es elegirte.
6. Autocuidado es dejar de exigirte ser fuerte todo el tiempo
Llorar, pedir ayuda, descansar, soltar el “yo puedo con todo”.
🤲 Tu vulnerabilidad también es autocuidado.
6. Autocuidado es dejar de exigirte ser fuerte todo el tiempo
Llorar, pedir ayuda, descansar, soltar el “yo puedo con todo”.
🤲 Tu vulnerabilidad también es autocuidado.
7. Autocuidado es sostenerte emocionalmente en vez de anestesiarte
No huir del dolor con redes, comida, trabajo o series. Sino aprender a sentir, procesar y soltar.
🧘♀️ Cuidarte es quedarte contigo misma cuando nadie más lo hace.
💬 En resumen:
El verdadero autocuidado no siempre es bonito. A veces es doloroso, valiente, silencioso.
Pero es ahí donde comienza el amor propio profundo y duradero.
Ese que no se ve en fotos, pero se siente en el alma.
Escrito por: Abigail Contreras